Por Psic. Alejandro Silva Antunez

El caso de Walter White: Depresión Negra y Sociopatía

El personaje de Walter White de la serie televisiva “Breaking Bad” constituye un excelente ejemplo de alguien con depresión negra. Esta es una forma de depresión que se caracteriza por el sentimiento de vacío interno que aparece en lugar de la tristeza (sentimiento que asociamos regularmente con la depresión). Si quieres leer más sobre Las Caras de la Depresión haz click en el enlace del artículo.

*Se sugiere haber visto la serie antes de continuar leyendo, pues el texto incluye “spoilers” de la trama además de que el caso tendrá más sentido si estás familiarizado con el personaje.*

Antecedentes

Walter es un hombre que lleva una vida promedio, tiene un empleo estable, una familia unida que lo aprecia y el respeto de su comunidad. Siendo un químico brillante, ha dedicado años a ser profesor de química en preparatoria. Sin embargo, él mismo siente que su vida es mediocre.

Vive con un salario que apenas le alcanza para mantener a su familia, y en distintas escenas de la primera temporada podemos apreciar que vive bastante inhibido, batalla para expresar sus opiniones, siente que pasan por encima de él y su autoridad, etc.

Por ejemplo, Walter estuvo en el origen de Gray Matters, una empresa química que formó con amigos de su universidad y que en el presente vale millones de dólares. Se da a entender en la serie que Walter renunció a ser parte de la sociedad de fundadores porque se sintió desplazado en un triángulo amoroso con los otros dos socios, dejando de lado su derecho a la propiedad de la empresa que iniciaba por aquel entonces.

Cuando recibe el diagnóstico de cáncer terminal por parte de su médico, decide emprender un negocio como cocinero de metanfetamina para dejar asegurada económicamente a su familia, con la que no comparte ni su diagnóstico, ni sus planes.

Esta es la premisa que inicia la serie, de ahí vemos cómo Walter se transforma en su alter ego Heisenberg, un mafioso controlador y ambicioso que crea un imperio de drogas en el sur de EUA.

Inicialmente se plantea conseguir con su emprendimiento una suma determinada de dinero que cubre los gastos de educación y manutención de sus hijos y esposa.

Por distintos giros en la trama, pero sobre todo por el desarrollo del “lado oscuro” de Walter, el objetivo cada vez crece y aumenta hasta que se hace evidente que comienza a ser un criminal por motivación y gusto propio. Ninguna meta o límite parece ser suficiente para Walter quien hacia las temporadas finales es un criminal voraz y consumado sin un vínculo real con su familia.

Análisis psicológico de Walter White: Depresión Negra

Hasta antes de su diagnóstico de cáncer terminal, podríamos pensar que vivía su vida al estilo de alguien con depresión blanca: siendo funcional, más sintiéndose insatisfecho.

La inminencia de su muerte quiebra el delicado equilibrio que mantenía, y ante el miedo a dejar desprotegida a su familia por su partida, decide arrancar un negocio siendo “cocinero” de metanfetamina para asegurar el futuro de ellos. Al menos esta es la racionalización con la que Walter toma su decisión.

Creo que el terror ante la nada y frente al vacío de la muerte es lo que le lleva a querer dejar algo tangible y concreto a su familia. Walter lleva años deprimido, y ante su propia muerte, cree que dejará sin nada a los suyos, como si su amor, presencia y recuerdo fuera reducido a nada para él mismo.

Que su valor se reduzca a ser un autómata que trabaja para mantener a los suyos habla del autoconcepto que Walter posee, evidentemente cargado de auto devaluación, pero también de un reproche oculto a los suyos por quienes no se siente valorado.

Ante el diagnóstico de cáncer terminal, Walter tiene la típica reacción de shock y negación que sobreviene a cualquier noticia de ese tamaño. Es parte de la reacción normal de duelo ante la noticia de la muerte propia.

Sin embargo, dicho proceso emocional se estanca ahí y no sobreviene la etapa de depresión y tristeza que caracteriza a cualquier duelo, al menos no se expresa del modo usual en su caso.

La imposibilidad de reconocer su vulnerabilidad, de sentir compasión por sí mismo, y por lo tanto de buscar apoyo en otros son características de las personas con personalidad de tipo narcisista, dentro de las cuales se incluyen a las personas con tendencias sociopáticas como Walter White.

Es como si disociaran de sí mismos las partes vulnerables y lastimadas, y en general aquellas que no consideran valiosas de sí.

Por ejemplo, las niegan evadiendo esas partes de sí, o las proyectan en otros a los que consideran vulnerables o débiles a quienes pueden controlar. Walter elige poner como víctimas a sus hijos, a su esposa, incluso a Jesse Pinkman (su socio), antes que reconocerse vulnerable él mismo.

Como no pueden asumir como propias las partes lastimadas o vulnerables de su ser, las personas con tendencias narcisistas difícilmente pueden hacerse cargo de modo eficiente de sus heridas.

Buscar ayuda, compartir sus preocupaciones, llorar para desahogarse, etc., son acciones que podrían aliviar el dolor emocional, pero que no son regulares en estas personas, pues insisto, no reconocen esa vulnerabilidad.

Esta disociación de su dolor es la que genera la enorme sensación de vacío que caracteriza la depresión negra, típica forma de depresión de las personas con fuertes tendencias narcisistas.

Walter elige no compartir ni su diagnóstico, ni su agobio por el futuro de su familia sin él. Y cuando finalmente lo hace es porque está encerrado ante la serie de mentiras que ha dicho para cubrir sus actividades ilícitas, no porque busque ni obtenga alivio al hacerlo.

El vacío, que las personas que lo padecen sienten, no se identifica por ellas mismas como depresión sino como necesidad de estímulos. Por lo tanto se suele “llenar” con actividades que pueden volverse adictivas, como pueden ser claramente el consumo de alcohol o drogas. Sin embargo, no necesariamente caen en las típicas adicciones.

Walter White, por ejemplo, cae en una obsesión voraz por acumular dinero, y luego poder.

Nunca es suficiente porque no se trata del dinero para su familia, sino de dinero para llenar el enorme vacío con el que vive, y que ante el diagnóstico de cáncer se volvió un abismo.

Como resulta evidente, el modo en que la persona con depresión negra intenta llenar su hueco emocional (lleno de sus aspectos vulnerables y lastimados) resulta en un espiral que cada vez lo hace sentir más vacío y necesitar de más cosas que llenen la grieta.

Walter se va quedando solo, si inició con una familia que lo quería, y una comunidad que lo respetaba, al final termina con una familia que le teme y una comunidad que lo persigue.

El carácter de Walter, como de aquellos que sufren con la depresión negra, se amarga ante la constante frustración que viven. Suelen “tocar fondo” hasta que se ven orillados por las circunstancias a reconocer su dolor, vulnerabilidad y errores. Ese límite es distinto en cada persona, y el de Walter parece no llegar nunca.

Sus vínculos sociales se deterioran, en el trabajo ya no lo aprecian, sus antiguas amistades lo abandonan, se pelea con su socio, y su propia familia lo rechaza y teme por todo lo que hace “para protegerlos”.

Si Walter White hubiera podido sentir tristeza por su situación, reconocer su angustia ante su propia muerte, el agobio por el futuro de su familia, etc. posiblemente Walter hubiera podido afianzar el vínculo con su hijo, con su mujer, agradecer su tiempo de vida y quizá hasta haber recibido la ayuda de sus amigos y antiguos socios de Grey Matter.

Aunque no habríamos tenido la trama de una de las mejores series de televisión de todos los tiempos.

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